viernes, 3 de agosto de 2018

No todo es mierda lo que brilla en Vall d´Uixó




No había visto nada tan hermoso en mi vida  como aquel girasol junto al asfalto de la autovía AP7 . Los coches pasaban a toda velocidad  junto  a él en dirección a Tarragona, y en ese punto, el pueblo de Vall d´Uixó, formaba  en el horizonte una mera sombra  de  casitas blancas, que se desvanecía alrededor de  cúpulas redondas y azules de viejas iglesias hundidas bajo sus secas montañas, cuyas cumbres coronaba implacablemente el Sol. Paré la bicicleta.  la dejé en medio de la vía de servicio ,acercándome todo lo que pude al girasol.  Quedé  extasiado, guardando  silencio vi  los movimientos estáticos de aquel girasol ! brillaba con tal llamarada! -que eclipsaba  los colores del cielo  apagando al mismo sol. El fulgor de sus pétalos, y su alegre forma, me hicieron llorar de optimismo.
Una oleada de sonidos de motores cruzó ese espacio baldío de la autovía AP7 .  A mi lado estaba el silencioso   polígono industrial de Vall d´Uixo que había colonizada esa parte del valle hasta destruirlo completamente.
Hasta ese momento , yo  creía que todo lo feo, bajo, y despreciable de Vall d´Uixó me pertenecía . El horror, el sufrimiento, la impotencia había sida  creada para ensalzar  mi vida. EL viento solar, el deseo, la alegría, estaba reservada para la gente de ese otro mundo que me rodeaba,  y al que yo no pertenecía. Esta sociedad que  me negaba,  me empujaba a la porquería. Estaba tan pegado a ella que otra cosa no veía. Amputado del amor a la vida para ser arrojado al  más hondo desprecio  y deshumanización de mis semejantes, vagaba sin rumbo como el que encuentra a Cristo y se pierde para siempre. Ningún tipo de adaptación  humana es sostenible para que el se ha  hundido tanto en la mierda como yo. En la tierra baldía,  metido en una trinchera de  carne excavada vall d´uixo, la que acecha, ataca, consume. Cada día, cada hora, cada segundo de  una vida en Vall d´Uixó , un cuerpo sin nada que hacer se debilita.  Mi sombra eterna retrocedió unos centímetros y pude ver más allá del dolor y de la alegría la nada sembrada con un girasol. La nada es siempre colonizada e invadida por la vida, con esa luz me fui pensando en Loli.
Angelillo de Uixó. Al paisaje y la voluntad.
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