viernes, 30 de diciembre de 2016
Refugi a València
En el carrer Serranos de València hi ha un refugi de la Guerra Civil. Un patrimoni material que és necessari rehabilitar per explicar la història contemporània.
lunes, 19 de diciembre de 2016
La història ens envolta
La història la tenim per tots els llocs, conviu amb nosaltres. Així apareix en una placa, el símbol d'un escut, l'arquitectura d'una església o les vivències en un palau. Un viatge pel passat apassionant per Àvila i Toledo.
jueves, 15 de diciembre de 2016
Franco ha mort ?
Creu dels Caiguts
martes, 13 de diciembre de 2016
jueves, 10 de noviembre de 2016
Sueño España, inocente trabajo duro.
Sueño España, inocente trabajo
duro.
Así me dije una mañana:
sal y disfruta.
Observa el mundo, pero no lo intentes
cambiar.
Es demasiado esfuerzo para tus hombros.
Hoy no es el día.
Ese día está por llegar.
Visita tierras lejanas,
pero no demasiado lejanas.
tienes cosas que hacer.
Distraite viendo que te rodea
, pero no te distraigas demasiado.
Tampoco veas demasiado,
que luego te molestas.
Ve y vuelve antes del medio día,
será lo mejor y más prudente.
Evita la policía y las discusiones.
No provoques con la palabra, el gesto o
la mirada.
En la mesita tienes seis euros.
No los malgastes con mujeres.
Ni des propina a los necesitados.
la mayoría viven mejor que tu.
Recuerda Angelillo:
Paz y bien.
Una vez me hablé con gran franqueza y
sinceridad, oh hermanos, cogí el autobús a Villa Real.
Nadie me habló en el trayecto.
De este modo mi espíritu llego
inocente y sano a Villa Real.
Lo primero que me encontré en mis
primeros pasos por esta tierra, fue con la cara de putero de Jaime I
presidiendo un parque donde claramente me introduje una sociedad de
plebeyas. Mujeres con sus niños alrededor de la estatua hablando de
poner el plato al marido. Iban y venían corriendo, hablando sin
cesar de tener dispuesta la comida para el César.
Creía que habían sido abolidas estás
costumbres en la tierra de la barras rojas y amarillas sin espuelas.
Cuánto agradezco escuchar esto, ahora
sé cuanto manipulan los medios de comunicación y las feministas.
Esto me dije tras haber estado quince
minutos escuchando a las mujeres esclavas de su casa y los señores.
Las campanas me anunciaban que el día
iba pasando, y yo tenía miedo a mi propia amenaza. La más dura de
todas, peor que la que sufre una mujer de Villa Real a manos de su
marido cuando no tiene la cena hecha.
El propio autocontrol, el peor de los
controles.
Mil veces prefiero que me rodeé como
de costumbre la policía, que enfrentarme a mi control y a mis
castigos.
Solo tuve que dar unos pasos , en la
siguiente estación de penitencia, un parque con el que me di con el
cardenal Tarancón.
!Tan admirado por la burguesía y la
clase media socialista!
Claro, debía tener tan ilustre su
rincón petulante en el parque, controlando a las parejas y el
trafico de coches y personas. Miré a mi alrededor con esperanza de
encontrar por lo menos un par de maricones. Alguna respuesta se
merecía el cardenal.
Más mis deseos pasaron inadvertidos ,y
me vi atravesando solitario la carretera entre una masa moderna de
cebras. Cada cebra iba a lo suyo, parecía que vivieran en el país
de la felicidad de los borregos.
Aunque para mí no había error, era
náufragos de la crisis económica que paseaban como animales
perdidos por la calle Aviador Franco. Observé la dura placa Azul de
la calle recordando al Aviador. La calle típica de Villa Real de
pisos bajos con terrazas planas, muchas de ellas con letreros de en
venta. Los viejos comercios de tenderos castrenses tenían las
persianas cerradas, como la de un viejo telar donde un cartel
anunciaba su traslado:
Nos hemos trasladado a Turquía.
Mil calles todas con nombres de santos,
vírgenes, mártires, fascistas, trataban de engañarme, de empujarme
al pasado, de hacerme viejo.
El sol iba ascendiendo, la mañana se
perdía. Y lo más aterrador. Escuché risas. Me estremecí.
Risas infantiles. Sin embargo me
encontraba en el instituto nacional de la semilla. Sin embargo
escuchaba risas infantiles. Risas porque el instituto nacional de la
semilla también era guardería.
No había ninguna colisión en toda
Villa Real con la democracia.
Todo era Nacional fascista.
Calles, monumentos, gentes.
Había que irse.
Pero
¿Cómo salir de Villa Real?
Por la calle Francisco Franco, Felipe
VI, Juan Pablo II.
Vi a un policía local y quise
preguntarle:
¿ Cómo puedo llegar la autobús
evitando una calle que no tenga nombre de reyes ni fascistas, santos
ni vírgenes, ni estatuas de obispos o de toros?
Cuando me dirigía a él:
La procesión en tromba con orquesta y
Cruz deslumbrante por el sol que me cegaba.
Eché a volar y llegué hasta la estatua
al sueño español:
El trabajo.
Un homenaje de Villa Real al trabajo de
sus agricultores.
Su figura, un recuerdo brutal a la
inocencia y la explotación.
Sus brazos imponentes, llenos de
movimiento eterno encadenado, servía de cuna de palomas, las mismas
palomas con sotana y diplomas que se aprovecharon de estos inocentes
trabajadores de cuyo esfuerzo sacaron una gran plusvalía.
Cerca de la estatua unas voces
enervadas pedían trabajo para los españoles.
Yo miraba la estatua, y a los que se
manifestaban con aires de supertrump pidiendo trabajo solo para
españoles.
Ya se darán cuenta- exclamé
esperanzado - Que cuando se vayan los inmigrantes en España, o los
mexicanos en Norteamérica, la explotación y la violencia de los
empresarios, la que ejercen contra los inmigrantes, y que gracias a
la exclusión social de muchos blancos empobrecidos no sienten
claramente, la sentirán. Luego miré la estatua de Villa Real de
esos inocentes Sisifos y caí rendido:
No, no se darán cuenta.
Así fue como volví sobre mis pasos al
autobús con una pesada carga. EL recuerdo de placas, estatuas,
calles.
En mi cueva con mis animales lloré y compusé una canción llamada:
Oh mundo cruel,
pero eso es otra
historia.
Angelillo de Uixó.
martes, 8 de noviembre de 2016
Rei d'Espanya
El llibre de Rebeca Quintans La biografía sin silencios de l'editorial Akal sobre el exrei ens explica els negocis del monarca 'de todos los españoles'. Un exercici informatiu de Juan Carlos I i la seua familia amb les grans fortunes i empreses. Els Borbons, mai votats ni elegits en democràcia, continuen tenin privilegis feudals. Per tant, Abajo el rey, Visca la República !
Escut de Castelló
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Los ecos de la fosa.
La fosa de Castellón,
tiene un recuerdo,
y una placa.
que no quiere ver el muro.
como si la hubieran cubierto,
con crisantemos.
Hay un recuerdo extraño,
en ese homenaje.
Los ecos entre los vivos.
Las voces entre los muertos.
La rosa del chelo,
ha roto con su arco,
los cañones de bronce,
que escupen en el cementerio.
La Cruz cayó,
traspasada por los corazones.
Los ecos entre los vivos.
Las voces entre los muertos.
Un golpe de tierra,
otro de libertad.
Hemos venido a recordaros,
son las primeras palabras,
a los asesinados.
La fosa de Castellón,
tiene un recuerdo eterno mientras
vivamos.
Llegaron al paredón,
como siempre andaron,
con sandalias y un viejo traje.
Llegaron al paredón
Empujados por un redoble de fusiles,
a la hora de la matanza.
La cruz abrió sus brazos
cuando bajo una sola mano.
Frente al barranco.
Seco, duro, y sediento.
Siempre con hambre y sueño,
se mordían las avispas
por devorar a los cuerpos arrojados.
Entre las bocas abiertas,
aún quedaba el último eco ,
el último eco,
del último grito.
Y entre los ojos abiertos,
aun quedaba flotando,
la última imagen.
Unas botas que se alejaban silbando.
En el barranco,
bajaba el agua y los cuerpos,
cuando llovía.
Saltando entre las piedras,
los cráneos
hasta las cañas quebradas,
en la orilla.
Canta el barro, el árbol y la luna,
dentro de una placa llena de llanto.
Los ecos entre los vivos.
Las voces entre los muertos.
Nosotros os guardaremos en la memoria ,
siempre con nosotros mientras vivamos.
Angelillo de Uixó a la memoria
histórica de Castellón.
Noticia del acto de la memoria
histórica recogida en el mundo.
- “EL MUNDO
- Castellón
El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castellón, encabezado por la alcaldesa, Amparo Marco, y la vicealcaldesa Ali Brancal, ha asistido este martes a la ceremonia civil que se ha celebrado en el Cementerio de San José con motivo de la celebración de Todos los Santos, y en el que el Grup per la Recerca de la Memòria Històrica, junto a PSPV y UGT, ha organizado el acto de homenaje y recuerdo a las víctimas de la represión franquista, según ha informado el consistorio en un comunicado.
La concejala de Cultura y portavoz del gobierno municipal, Verònica Ruiz, ha agradecido el intenso trabajo realizado por el Grup per la Recerca de la Memòria Històrica, ya que según ha apuntado "nos ha permitido conocer una realidad que nunca nos enseñaron ni en los colegios ni en los institutos".
Por su parte, los representantes de la memoria histórica han destacado el trabajo y apoyo del Gobierno de Castellón y por haber hecho posible la exposición dedicada a las víctimas de la represión franquista enterradas en el Cementerio de Castellón.
Amparo Marco ha clausurado el acto y ha hecho hincapié en la importancia del acto civil celebrado esta mañana porque "hoy honramos la memoria de los que se han ido. De todos y de todas. Pero con un mensaje de gratitud especial a quienes fueron víctimas de la violencia irracional y despiadada".
"Murieron por creer en una España mejor y por luchar para que nadie les arrebatara ese sueño. Siete décadas después de su fusilamiento han logrado la victoria moral. Y estamos aquí, precisamente, para reivindicarles, para honrarles y para dignificarles", ha destacado la alcaldesa”
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
lunes, 31 de octubre de 2016
Ruta dels molins de l'aigua a Llucena
Es una ruta ben propera de Castelló i molt recomanable ja que té història i paisatge. Comença a l'inici del poble i vas baixant al riu on trobarem el Batán on treballaven la llana i al final el molí Penya Roja. Una zona senyalitzada al costat del riu en un sender molt accesible i fàcil que es fa en tres hores.
II Jornades de protecció del patrimoni
El 29 d'octubre s'ha celebrat a Segorb les II Jornades de protecció del patrimoni de la Guerra Civil. Per la vesprà es va parlar de la precarietat econòmica que treballen els investigadors i les associacions del patrimoni. S'han editat llibres però amb esforç i la il·lusió particular. Malgrat l'aportació de municipis com Viver, Vilavella i Castelló, per exemple, manca més consciència i pressupost per protegir el patrimoni de la Guerra Civil.
L'última noticia és l'ajuda econòmica a la UJI per la catalogació del patrimoni de la XYZ. Es una errada no comptar amb les associacions i valorar la feina dels investigadors locals que fa anys que treballen als arxius. El món acadèmic, una vegada més, fa marxa a soles sense valorar i dignificar la tasca que ja s'ha realitzat.
jueves, 27 de octubre de 2016
sábado, 22 de octubre de 2016
lunes, 3 de octubre de 2016
El encuentro del hombre.
No comprendía muy bien a mi salida de las cuevas subterráneas de San José en el día del turismo, la reunión en la ciudad proactiva y educadora que estaba teniendo lugar.
Un enjambre de niños y niñas cerca de los bares y las tiendas se encontraban en un rincón donde había una cueva cerrada con una puerta.
Y delante de esa puerta, se encontraban unos hombres en estado de felicidad, con sus rostros llenos de una humanidad benevolente que me aterraba.
Mostraban la prehistoria a un ruidoso enjambre de niños y niñas delante de una cueva con una puerta.
Me di cuenta de que había salido de la cueva, y que me hallaba bajo el cielo en el centro de cultura rodeado de tiendas y de bisutería. Esos hombres que decían pertenecer a la cueva cerrada, mostraban sus sílex, sus raspadores, y hacían sus rituales.
Entonces mi voz dijo entre el enjambre haciendo que volaran a mi alrededor todas las moscas :
sacrificar a un niño.
Y fui expulsado de los hombres de la cultura.
Más antes hablé en la plaza de la cultura, cerca de los bares y las tiendas, ante un enjambre de niños y los hombre del saber.
Estas fueron mis palabras antes de ser nuevamente excluido con huesos, raspadores y puntas de sílex:
" la cueva se ha cerrado para siempre, por mucho que algunos toquen el timbal y la flauta esperando que se abra.
La cueva se ha cerrado para siempre, por mucho que nos cause asombro ver como un hombre enciende fuego con dos palos para ambientar al turismo.
La cueva se ha cerrado para siempre con el descubrimiento de la humanidad.
Una humanidad moral y decente es la mayor afirmación al odio del hombre.
Es una humanidad vigilante la del hombre que nos rodea.
Una humanidad excentricamente económica la que ha salido de la cueva, y que reflexiona sobre si misma examinando al hombre, a la vez que le exhorta hasta los límites más absurdos y tiránicos que se cuide de si mismo.
Finalmente nos encontramos ante una humanidad más bien inhumana.
Y ahora me voy a la cueva, y se que ninguno de vosotros me va a seguir.
Angelillo de Uixó.
rel
="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/"><img alt="Licencia de Creative Commons" style="border-width:0" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc-sa/4.0/88x31.png" /><br />Este obra está bajo una rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
domingo, 25 de septiembre de 2016
Albufera
jueves, 22 de septiembre de 2016
Carril bicicleta al Paraíso.
Carril bicicleta al Paraíso.
Intro.
EL siguiente poema está basado en mis
experiencias poemadas en las calles de vall d´uixó, en las cuales he
sufridos dos atropellos en bicicleta, y uno como peatón, así como
constantes insultos por parte de los conductores a la hora de cruzar
una calle. Vall d´Uixó no es una ciudad amable, ni tampoco
adecuada para la movilidad de bicicletas ni peatones. Uno de los
carriles bicis, el Vall d¨Uixó Almenara está lleno de broza. EN
una ocasión casi pierdo un ojo con una rama que invadía el carril,
y he sufrido varios cortes en la cabeza aventurándome en el corazón
de este carril, debido a ciertos tramos, donde las zarzas trepadoras
han formado una autentica selva. Hoy, día del teatro de la movilidad
sostenible donde han puesto varios pasos... dejo este soplido para
derribarlos.
I.
Veréis embestir con gestos y palabras,
a un hombre de estas tierras
que ocupa un automóvil.
Dirigiéndose desde su asiento
como un mesías desde las altas cumbres
mandando sus revelaciones por el móvil,
y a gritos desde la ventana
sus mandamientos a serviles ciclistas
y peatones.
“ Apartar miserables cebras
llenas de mariposas en la boca”
Y al girar la vista,
tras el paso de este hombre,
veréis sobre la carretera
el rastro de los gusanos atropellados.
Niños mutilados,
ancianas enlutadas,
enganchadas de sus harapos
por los guardabarros.
Cojos sorprendidos cogidos en medio
del paso.
embarazadas retorciéndose entre bolsas
de basura
después de chocar contra el capó de
un coche.
Y un carril ciclista
sembrado de altas hierbas
al que tirar la cenizas y colillas
nuestro amigo el automovilista
dejando un carril envuelto llamas
donde arde algún ciclista,
junto la fauna que tanto ama.
Angelilo de Uixó, Escrito de paz y
bien. Excelentísimo Ayuntamiento de la Vall d´Uixó.
III.Ojo de cebra y paso de peatones con sacrificio.
escrito y atropellado el día 17 febrero de este año,
Si me atropellas al mediodía con tu coche en vall d´uixó no me digas con toques de bocina desde la ventanilla entre las tranquilas gentes de los bares que sacan las cabezas al grito de “atropello” para ver desde las aceras con monotonía el espectáculo del atropellador exclamando que no me has hecho nada.
Esa explicación te la daré yo cuando termine de levantarme del suelo con imágenes de tauromaquia recorriendo mi cabeza como si hubiera sido sacrificado por un torero.
El asfalto, como agua muerta ha amortiguado la caída, y un rumor de hormigas recorre mi mano y mis rodillas mientras contemplo el rostro de un hombrecillo de las peñas taurinas que sin contemplación insiste impasible que no me pasa nada, pero tengo la sensación de que pide mi muerte. Los coches pasan por nuestro lado observando con indiferencia mi atropello. Los vecinos del lugar, en sus bares, hombres morenos, rudos, trágicos de costumbres y gritones, guardan silencio socarrones con infinita paciencia moruna acostumbrados a estos hechos habituales.
Me voy que no ha sido nada y debo llevar al chiquillo a la escuela- insiste el hombrecillo con su cara tostada. Presto atención a su ojo izquierdo sanguinolento fruto de una profunda conjuntivitis que le da un aire siniestro y familiar. Se que he visto antes a este hombre vestido con una camisas de peñas de toros, sin embargo, ahora más que saber de que conozco ese rostro severo, impasible, que me mira desafiante y vengativo, me preocupa incluso más que mi estado de salud que no se fugue.
Me voy- insiste arrancando el coche después de haber bajado y plantarse casi desafiante ante mi.
Por eso llamo a la guardia civil que deriva la atención a la policía local que bajo un sol de febrero y un azul luminoso celeste que se funde entre las sombras y el sol que pasa entre las ramas de los cicus con las sirenas de la policía local que avanzan como si navegaran por la salvaje albufera hacia mí. Son los primeros en preguntarme si me encuentro bien. Han pasado unos 12 minutos desde el accidente. EL coche que me ha atropellado hace un momento ya se ha ido con absoluta indiferencia dejándome en la acera para dejar un chiquillo que llevaba a la escuela o a su madre, no he entendido bien la excusa que me ha dado. Si me ha parecido ver atado entre dos cinturones a través de los cristales algo parecido a un chiquillo.
Explicando lo acontecido a la policía, vuelve el coche.
Mi atropellador sin mirarme, frío, entrega la documentación a la policía local.
Al terminar de tomar nuestras declaraciones por separado, pudiendo valerme por mi mismo acudo al ambulatorio donde realizan el parte de lesiones y me practican unas curas.
Al salir siento una especie de subversión a lo que ha pasado con una especie de recuerdo angustioso por lo vivido. Un sudor frío recorre mi frente. Siento que me voy a desmayar en semejante ambiente nauseabundo. Coches y más coches pasan por mi lado. Deslizándome por las paredes llegó como puedo del ambulatorio al barrio de San Vicente, entrando a casa de José María donde pierdo el conocimiento un par de minutos tras relatarle el suceso.
Al despejarme me ofrecen sin preguntarme un plato paella que devoro siendo lo primero que he ingerido desde que me he levantado a las 8 de la mañana a excepción de un café con leche hacia las 11 de la mañana al que me ha invitado mi amigo Juanvi que ha venido de castellón para saludarme. Después de la paella tomo café mientras hablamos de la preocupante situación moral y laboral de vall d´uixó. La casa es muy humilde, de gente trabajadora en paro abandonadas a su suerte.
Esa sensación de estar hundidos en el barro, de ser como islas aisladas en medio del fango que cualquier coche que pasa puede llevarse por delante chapotea a cada paso que doy en vall ´d uixó intentando cruzar un paso cebra mientras la gente mira con indiferencia comentando a cada atropello: lo han pillado.
Angelillo de Uixó.
III.Ojo de cebra y paso de peatones con sacrificio.
escrito y atropellado el día 17 febrero de este año,
Si me atropellas al mediodía con tu coche en vall d´uixó no me digas con toques de bocina desde la ventanilla entre las tranquilas gentes de los bares que sacan las cabezas al grito de “atropello” para ver desde las aceras con monotonía el espectáculo del atropellador exclamando que no me has hecho nada.
Esa explicación te la daré yo cuando termine de levantarme del suelo con imágenes de tauromaquia recorriendo mi cabeza como si hubiera sido sacrificado por un torero.
El asfalto, como agua muerta ha amortiguado la caída, y un rumor de hormigas recorre mi mano y mis rodillas mientras contemplo el rostro de un hombrecillo de las peñas taurinas que sin contemplación insiste impasible que no me pasa nada, pero tengo la sensación de que pide mi muerte. Los coches pasan por nuestro lado observando con indiferencia mi atropello. Los vecinos del lugar, en sus bares, hombres morenos, rudos, trágicos de costumbres y gritones, guardan silencio socarrones con infinita paciencia moruna acostumbrados a estos hechos habituales.
Me voy que no ha sido nada y debo llevar al chiquillo a la escuela- insiste el hombrecillo con su cara tostada. Presto atención a su ojo izquierdo sanguinolento fruto de una profunda conjuntivitis que le da un aire siniestro y familiar. Se que he visto antes a este hombre vestido con una camisas de peñas de toros, sin embargo, ahora más que saber de que conozco ese rostro severo, impasible, que me mira desafiante y vengativo, me preocupa incluso más que mi estado de salud que no se fugue.
Me voy- insiste arrancando el coche después de haber bajado y plantarse casi desafiante ante mi.
Por eso llamo a la guardia civil que deriva la atención a la policía local que bajo un sol de febrero y un azul luminoso celeste que se funde entre las sombras y el sol que pasa entre las ramas de los cicus con las sirenas de la policía local que avanzan como si navegaran por la salvaje albufera hacia mí. Son los primeros en preguntarme si me encuentro bien. Han pasado unos 12 minutos desde el accidente. EL coche que me ha atropellado hace un momento ya se ha ido con absoluta indiferencia dejándome en la acera para dejar un chiquillo que llevaba a la escuela o a su madre, no he entendido bien la excusa que me ha dado. Si me ha parecido ver atado entre dos cinturones a través de los cristales algo parecido a un chiquillo.
Explicando lo acontecido a la policía, vuelve el coche.
Mi atropellador sin mirarme, frío, entrega la documentación a la policía local.
Al terminar de tomar nuestras declaraciones por separado, pudiendo valerme por mi mismo acudo al ambulatorio donde realizan el parte de lesiones y me practican unas curas.
Al salir siento una especie de subversión a lo que ha pasado con una especie de recuerdo angustioso por lo vivido. Un sudor frío recorre mi frente. Siento que me voy a desmayar en semejante ambiente nauseabundo. Coches y más coches pasan por mi lado. Deslizándome por las paredes llegó como puedo del ambulatorio al barrio de San Vicente, entrando a casa de José María donde pierdo el conocimiento un par de minutos tras relatarle el suceso.
Al despejarme me ofrecen sin preguntarme un plato paella que devoro siendo lo primero que he ingerido desde que me he levantado a las 8 de la mañana a excepción de un café con leche hacia las 11 de la mañana al que me ha invitado mi amigo Juanvi que ha venido de castellón para saludarme. Después de la paella tomo café mientras hablamos de la preocupante situación moral y laboral de vall d´uixó. La casa es muy humilde, de gente trabajadora en paro abandonadas a su suerte.
Esa sensación de estar hundidos en el barro, de ser como islas aisladas en medio del fango que cualquier coche que pasa puede llevarse por delante chapotea a cada paso que doy en vall ´d uixó intentando cruzar un paso cebra mientras la gente mira con indiferencia comentando a cada atropello: lo han pillado.
Angelillo de Uixó.
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
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