El cambio progresista se encuentra en cualquier esquina,
como una moneda que va de mano en mano .
Hoy los hemos visto cambiando de sitio una cruz,
y a la gente haciéndose un selfie .
Unos en contra,
otros a favor.
Y lo que estaban indecisos en el medio.
Pero al fin todos han llegado,
Incluso los jueces que están salvando la cruz.
Ha habido una lucha de egos a ver quien salía en televisión
si de mártir la izquierda alternativa de Castellón amenazada por los fascistas,
o los nostálgicos del fascismo heridos en sus sentimientos religiosos.
Mientras el progresismo se erigía como estratega ganador.
Así lo que fue un monumento glorificando el fascismo en el parque Ribalta de Castellón,
Ahora es un monumento cristiano en la iglesia de Santo Tomás de Villanueva.
A la iglesia le ha salido gratis la cruz,
al progresismo la publicidad,
mientras la izquierda actual es como una liebre saltando evitando ser cazada.
Asustada hasta de sacar una pancarta.
Mientras el progresismo vende la democracia al fascismo,
junto pegatinas de un mundo igualitario y contra la contaminación.
Y los jueces se dedican a la conservación de la memoria del genocidio.
¿Pero a quién le importa cualquier doctrina?
Si el bien o el mal está en el cambio.
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Ángel Blasco.
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