Una mañana que las campanas sonaban
desde la Iglesia, y yo estaba agotado y desamparado . Sin saber su
sonido eran por las fuerzas del cambio, o contra el cambio, bajé a
la calle a ver que pasaba, y seguí la procesión donde andaban unos
( los del cambio), y los otros ( contra el cambio) mezclados, que
parecía que no hubiera cambio, cuando de repente, en la procesión
de la Virgen de los Despampanados, que eramos la mayoría, ocurrió
un milagro que sembró de espanto. Un enorme cuervo se posó sobre
la cabeza de la virgen, y mirando a todos gaznó así:
Crow, crow, crow.
El Sacerdote de valleperro asombrado
le habló.
“Oh tu, Cuervo que evocas el abismo,
y que te has posado sobre el manto de
las flores
de la Virgen de los Desamparados,
graznando de forma incomprensible.
Dime alado espíritu,
¿vienes a Valleperro a traernos un mal
presagio?
O acaso,
¿ has bajado del cielo a traernos
algo de esperanza,
cual paloma antaño con una rama de
olivo?
Hace tiempo que esperamos un cambio.
Como embajador de los desesperados,
quizás, tu, cuervo,
anuncies mejor que nadie la mudanza.
Habla cuervo”
El cuervo graznando:
crow, crow, crow.
El sacerdote, asustado y furioso,
arremetió contra el cuervo contestatario:
“quizás ahora los ángeles sean
rojos,
y por eso vayan envueltas sus alas en
plumas negras,
¿ qué es lo quieres de nosotros ,
negro cuervo?
Burlarte de la religión,
hacer mofa de la gente de paz y bien,
abrir tus alas ante nosotros,
como si fueran los labios donde se posa
la carcajada de un bufón siniestro,
Vete negro cuervo,
abandona la cabeza de la nuestra
Señora,
y busca otro nido en otras cabezas,
entre los muertos que hemos dejado en
las cunetas”
Pero el cuervo graznó:
Crow, crow, crow.
El sacerdote empezó a sentirse
abatido y desesperado :
“Maldito seas cuervo ennegrecido,
enlutado la muerte nos recuerdas
emplumada,
y ahogas nuestras alas victoriosas.
Traes el recuerdo de los asesinados,
animal de la carroña.
Vete, vete, vete junto al bando
perdedor,
y no vuelvas si no es convertido en
paloma”
El cuervo siguió graznando:
Crow, crow, crow.
El sacerdote tirándose sobre la virgen
como un poseso:
“Mi cuerpo esta sobre la virgen,
y las flores,
y el cuervo ha salido volando
hasta el quicio de la puerta
esto lo había soñado,
y que después moriría,
cuando viera posarse un cuervo
sobre el quicio de la puerta de la
iglesia”
El cuervo miró al sacerdote,
que murió de un infarto cuando
graznó el cuervo tres veces más:
crow, crow, crow.
Angelillo de Uixó.
el cuervo de la virgen de los desamparados by Ángel Blasco Giménez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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