martes, 10 de mayo de 2016

El Cuervo de la Virgen de los Desamparados.




Una mañana que las campanas sonaban desde la Iglesia, y yo estaba agotado y desamparado . Sin saber su sonido eran por las fuerzas del cambio, o contra el cambio, bajé a la calle a ver que pasaba, y seguí la procesión donde andaban unos ( los del cambio), y los otros ( contra el cambio) mezclados, que parecía que no hubiera cambio, cuando de repente, en la procesión de la Virgen de los Despampanados, que eramos la mayoría, ocurrió un milagro que sembró de espanto. Un enorme cuervo se posó sobre la cabeza de la virgen, y mirando a todos gaznó así:

Crow, crow, crow.



El Sacerdote de valleperro asombrado le habló.

“Oh tu, Cuervo que evocas el abismo,
y que te has posado sobre el manto de las flores
de la Virgen de los Desamparados,
graznando de forma incomprensible.
Dime alado espíritu,
¿vienes a Valleperro a traernos un mal presagio?
O acaso,
¿ has bajado del cielo a traernos algo de esperanza,
cual paloma antaño con una rama de olivo?
Hace tiempo que esperamos un cambio.
Como embajador de los desesperados,
quizás, tu, cuervo,
anuncies mejor que nadie la mudanza.
Habla cuervo”
El cuervo graznando:
crow, crow, crow.



El sacerdote, asustado y furioso, arremetió contra el cuervo contestatario:

“quizás ahora los ángeles sean rojos,
y por eso vayan envueltas sus alas en plumas negras,

¿ qué es lo quieres de nosotros ,
negro cuervo?
Burlarte de la religión,
hacer mofa de la gente de paz y bien,
abrir tus alas ante nosotros,
como si fueran los labios donde se posa la carcajada de un bufón siniestro,

Vete negro cuervo,
abandona la cabeza de la nuestra Señora,
y busca otro nido en otras cabezas,
entre los muertos que hemos dejado en las cunetas”
Pero el cuervo graznó:

Crow, crow, crow.


El sacerdote empezó a sentirse abatido y desesperado :
“Maldito seas cuervo ennegrecido,
enlutado la muerte nos recuerdas emplumada,
y ahogas nuestras alas victoriosas.
Traes el recuerdo de los asesinados,
animal de la carroña.
Vete, vete, vete junto al bando perdedor,
y no vuelvas si no es convertido en paloma”

El cuervo siguió graznando:


Crow, crow, crow. 




El sacerdote tirándose sobre la virgen como un poseso:

“Mi cuerpo esta sobre la virgen,
y las flores,
y el cuervo ha salido volando
hasta el quicio de la puerta
esto lo había soñado,
y que después moriría,
cuando viera posarse un cuervo
sobre el quicio de la puerta de la iglesia”

El cuervo miró al sacerdote,
que murió de un infarto cuando graznó el cuervo tres veces más:

crow, crow, crow.


Angelillo de Uixó.


el cuervo de la virgen de los desamparados by Ángel Blasco Giménez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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