lunes, 18 de diciembre de 2017

Lluvia de Carbón, adagio por Vall d´uixo.







I
Primera hora de la mañana,
 como un enfermo apoyado en la ventana.
viviendo el incendio desde mi cuarto.
Golpes desde el cielo de helicópteros.
!Por Dios, otra madrugada de incendios!
se arranca la voz.
De la noche queda la hoguera.
clavándose como estrellas sobres la casas.
Rastros de gallos en el suelo abrasados entre las cañas.
anunciando el sonido del fuego y de coches,
que parten como quillas  al trabajo.
Y no hay quien lo sienta
Y no hay quien lo sienta
Y no hay quien lo sienta.
Por qué les llaman las sirenas.
Y los que se quedan atrás,
esperan como náufragos,
junto la humo a que vuelvan,
con una pañuelo en la boca
por qué ya se les cayó el techo,
y el corazón está tan negro,
como una noche sin hogueras.
reciben las flores,
una lluvia de carbones.

II.
Al día siguiente,
La noticia clásica tras  del incendio.
Un baile con disfraces de políticos de bomberos.
de políticos poetas que declaran con una careta:
nos avergüenza de que estás cosas ocurran por un desalmado.
a los que han ayudado a apagar las llamas:
Os queremos, os queremos, os queremos.
Fotos y más fotos de ternura entre los carbones.
Los responsables del almacén que puso combustible al fuego,
tirando cajas y más cajas al barranco vienes a declarar:
si estás cajas hubieran estado dentro del almacén
y llegan a incendiarse,
hubiera habido muertos.
Gracias a Dios que las tiramos al barranco.
La policía concluye.
únicamente hay un culpable.
Alguien  fuera del sistema al que hay que detener.
Políticos, empresarios, funcionarios, se aplauden
bailando bajo la lluvia de carbones.
Angelillo de Uixo.


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