Hablar del cambio climático y movilizarse junto los
estudiantes por las calles es algo elevado.
Contar que
personalmente se consume todo lo que se puede consumir, y sincerarse explicando
que si le dejarán a uno consumir todo lo
que pudiera, lo haría, denota una gran bajeza.
También queda bastante mal ir a las movilizaciones por el
cambio climático, y luego irse de tapas.
Pero este es el pan nuestro de cada día:
el consumo.
Por eso quiero ser optimista.
Todavía quedan bosques con árboles , con arbustos, con flores, con ardillas saltando por las ramas, y nidos de
aves en las copas.
En el mar siguen habiendo peces, yendo de un lado a otro bajo los plásticos que flotan en una única
dirección para juntarse como una masa, y
formar una bonita isla llamada toxicidad. El resto del mar sigue siendo azul
como hace millones de años.
Así que hermanos de especie.
Seamos felices y
optimistas, no dejemos que el negativismo colectivo nos afecte en lo personal.
La vida son dos días, una dulce sinfonía que una conciencia
medio ambiental corona como una guirnalda.
Escrito estaba en muchas pancartas en la primera huelga por el clima en la que participé , señalando el consumo como causa principal de los problemas medio ambientales de nuestro
planeta.
Había muchos estudiantes famélicos que se alimentan de macarrones y pizzas,
siendo apoyados por un colectivo de
padres de familia de clase media, gente con conciencia social que ya hacia años
que se habían colocado en un buen puesto en la administración, o abierto su
propio negocio que les iba bien. Ahora iban
con sus hijos satisfechos de su vida a manifestaciones y ferias ecologistas con
pancartas contra el consumo. Esta gente con experiencia, habían reservado mesa en el bar para cuando
se terminara la concentración a las puertas de subdelegación del gobierno de
Castellón, y tener asegurado donde comer
un buen solomillo.
Gente como yo, que se había juntado con unos amigos en la
concentración , nos costó caminar un
poco por Castellón para encontrar sitio para cenar. Esto no era un efecto del
cambio climático, sino lo lleno que
estaba todo el día de la huelga de consumo y por el clima.
Hubo momentos de desaliento, y algunos quisieron irse, pero
al final permanecimos juntos y cenamos bien y barato en un bar Cubano.
Yo probé el sanwinch cubanito, y el mayor acto anti consumo
que hicimos fue no tomar mojitos a modo de protesta, porque alguien que conocía
bien ese local al que era asiduo aseguro que habían disparado el precio de los
mojitos desde hace poco.
¡Ya ni en un bar cubano puedes tenerlo todo a precio del
pueblo!
El capitalismo es el responsable del cambio climático, los
políticos solo nos facilitan lo que queremos:
Consumir todo lo que nos dejen.
La manifestación de ayer, si tuviera que reflexionar sobre
ella, empezaría escribiendo:
Agua de borrajas es lo que quiere la gente para frenar el
cambio climático.
Angelillo de Uixó.
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