Son numerosos los destrozos al patrimonio de la borrasca Gloria, en muchos casos irreparables, desde la caída de la torre musulmana de Azuebar, a otros como paseos marítimos arrasados, puentes, campos de cultivo arruinados. En el siguiente artículo, hablaremos de Gloria dentro de la condición humana, haciendo una visión satírica de nosotros mismos, porque el humor hace que nos queramos más a nosotros mismos, y sencillamente , porque sin humor, el drama se hace insoportable.
Gloria, la borrasca pulpera.La borrasca Gloria a su paso ha dejado hasta el momento 12 muertos, y cuantiosos desperfectos. Especialmente doloroso para nuestra historia, ha sido el caso de un hombre fallecido mientras pescaba cuando una ola lo ha arrastrado al mar, sobre todo , porque horas después en la orilla de la playa el temporal marítimo había dejado pulpos, sepias, estrellas de mar, centollos, caracolas. En los ayuntamientos de poblaciones costeras, la gente se manifestaba indignada por el abandono en que tiene las costas, y a la gente que allí vive a merced de los elementos. Los políticos sintiéndose señalados y culpables de la situación , lloraban y lamentaban lo ocurrido prometiendo con eslóganes como:
“Nunca más” “ Nunca más”
Y el jamás: ni el mar, ni un huracán, ni un terremoto , iba a dañar las costas.
Por toda la orilla del país, se veían paseantes que acudían a contemplar el destrozo del gran temporal marítimo de luto. Lloraban por la gente fallecida. Al acercarse al mar , empezaron a ver que había pulpos, sepias, calamares, mariscos por toda la orilla. Un regalo del mar el día de la celebración del año nuevo chino, el de la rata. La gente se llamaban unos a otros maravillados de aquel regalo del mar, como gaviotas se tiraban a la carroña gratuita arrojada por el temporal que maldecían. Daba vergüenza ver aquello. Hombres y mujeres guardaban en los bolsillos de sus pantalones diferentes mariscos, se quitaban las camisas para guardar como una valiosa pieza de pesca, pulpos llenos de moscas y arena, con la cabeza deformada de color negro, con cuyos tentáculos morados y azulados flácidos, estaban escribiendo con su tinta una nueva venganza de Gloria. Pues, pese a las promesas de los políticos de que jamás una borrasca haría daño a nadie. Gloria, después de haber desparecido tenía reservada otro escarmiento a los humanos. Ahora iba a causar una gran diarrea de la gente que comía aquel manjar en malas condiciones.
Los catastrofistas del cambio climático celebraron aquel levantamiento exitoso de la naturaleza, y desde entonces festejan el día de la borrasca Gloria con una gran pulpada a la orilla de la mar.
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