miércoles, 19 de diciembre de 2018

No al apartheid de la naranja sudafricana-Valencia Free.








A finales del año 2018 tuvieron lugar  una serie de  manifestaciones de propietarios  de cítricos en más de 20 municipios del País Valenciano. Estas manifestaciones fueron camufladas bajo las siglas:
” Plataforma por la dignidad del labrador”
Aunque entre los propietarios de las tierras, de labraza, lo que se dice de labranza, la verdad, poco o nada sabían, pero exigir dinero, si sabían.
Os contaré lo más fielmente posible en la  casualmente yo me metí. Fue después de pasar parte del día en la charca de San José recogiendo agua  con una regadera y unas garrafas que cargaba hasta mi huerta para regar las tablas de guisantes, habas, borrajas, lechugas, zanahorias... EL ocaso se precipitó hacia las 18:15. la luna creciente se reflejaba en la charca junto unos tiernos brotes de juncos que emergían cargados de un verde frescor de menta en medio de la  húmeda charca. Esta tendría un nivel  de medio metro de agua de cristalinas aguas. Es lo poco que quedaba retenido del río Belcaire que se iba secando poco a poco tras las lluvias, adquiriendo su blanco almidonado de barranco seco habitual. Un viento cálido de poniente se mecía entre los arcos del puente, cuyas tonalidades rosas constataban con el paisaje de marismas por el que sobrevolaban varios murciélagos atrapando insectos. Mi pie me falló cuando ya me iba. Siempre pasa lo mismo al final de la jornada. Resbaló conmigo de la roca con la pesada carga de 30 litros de agua. fui a dar sin poder aferrarme a nada al fondo, acabando con el agua hasta las rodillas. Salí de allí arrastrando dos garrafas que cargué en la carretilla.   Los huesos me dolían. Dicen los expertos que es el mal habitual de los agricultores: riñones, huesos, columnas son machacados sin misericordia desde hace miles de años y entre todas las culturas. los expertos agricultores mayas se desriñonaban, en el fértil Egipto a los cuarenta iban los campesinos hechos un pictograma, los agricultores chinos del arroz las rodillas no las sentían, los iberos a Dios campesino lo maldecían, los germanos al azadón le temían más que al martillo de thor, y los griegos preferían que un rayo de Zeus les matara a seguir trabajando en los olivos después de los cincuenta, y así en cada una de las civilizaciones, era universal el mismo dolor  en el agricultor. Una vez se hizo oscuro me mezclé entre los habitantes de Vall d´Uixó para ir a la biblioteca. Caminaba entre un paisaje de las luces de navidad, entre ensayos de los cantos de villancicos de los niños, que se escuchaban en  la calle desde las ventanas . Los ecos del organillero gitano con sus melodías de pasodoble en las esquinas, las parejas de novios que se besaban en los portales con la moto de poca cilindra aparcada en la acera, los comercios con sus estelas rojas y plantas navideñas a los lados que regala el Ayuntamiento, el mismo en el que se producía la concentración, a la que llegué atraído por lo que me pareció un canto a la libertad, ya que escuchaba el famoso   adeste fidelis por el oído derecho, y la voz de nuestra bellísima alcaldesa por el izquierdo.  Me dirigí hacia allí, si se me permite la expresión , con todo el cariño y respeto del mundo, atraído  por la fusión sonora de ambas cosas, procesando en mi cerebro de forma ingenua, estando en esta fechas , y con el inaguantable run run debido a la polémica de una estatua dedicada a la música donde antes estaba la cruz franquista, símbolo de la Paz en Vall d´Uixó, y que se encontraba a escasos metros del Ayuntamiento. Imaginé, que  estarían haciendo por parte de los progresistas una  versión del afeste fidelis  ska para contentar a todos.
 Al llegar a las puertas del Ayuntamiento empecé , no sé por qué, a emitir unos:
Gaua, guau, guau.
Me encontré de cara con un abogado, varios banqueros, algunos terratenientes para los que había trabajado y sufrido sus latigazos.
Al verme me mostraron sus dientes.
Ahhhhhhhhhhh.
En ellos veía la cruz de los caídos por Dios y por España, y no solo eso, sino el regreso del absolutismo carlista al grito de:
 Dios, patria  fueros, y negros fuera. Ska.
También pude ver a un par de amigos que estaban allí con cara de poco convencidos,  rezando algo entre dientes, como el resto, incluida  las autoridades, cuyos rostros pude ver con detenimiento, delatando  que no estaban allí muy a gusto entre eso olor a chaquetas de armario llenas de polillas dispuestas a atacar como vampiros para defender el capital y la explotación, o se si prefiere llamar a la mayor de las violencia de cuantas existen, por encima de la de género, tan en la punta de la lengua de la sociedad, y no es otra que:
La propiedad.
Causa de todos los males, también de  la violencia de género.
Look- dijeron mis amigos señalándome sin sorprenderse de verme allí yendo  hacia ellos. No les extraño que estuviera allí, ya que soy el único agricultor ecológico y de proximidad local de toda Vall d´uixó, además de ser el “propietario” ocupador que posee más huertos ocupados del municipio, es decir , sin amo más yo que no lo soy en propiedad,  y estaré como uno de los número uno de la provincia de Castellón de ocupador de huertos,  aunque los que me conocen saben que no me gusta presumir de eso, también puedo presumir de ser de la persona cuya huella ecológica es cero. El mundo no se entera de mi paso por él.
¿ qué hacéis aquí?
Estamos en la manifestación de propietarios- me explico ELias.
Ah, ¿ era hoy? Lo escuché en la radio- lo tuve todo claro menos que ellos estuviera allí.
Mis amigos, no eran propietarios y estaban en el bando de los explotados trabajando en la naranja. asistían cabizbajos e indiferentes, al igual que varias  mujeres  que trabajaban en los  almacenes de naranjas. Se notaba porque acudieron ataviadas con sus babis para guardar el minuto de silencio que se iba a producir por la naranja en Valencia. Defunción cada vez más deseada por los trabajadores, viendo como cada año perdían parte de su salario para que los propietarios corrigieran sus perdidas cada vez también mayores. La muerte de la naranja también era deseada por ecologistas, ya que cada vez se veía más nítidamente el daño medio ambiental  e irreparable  que había producido este monocultivo en las tierras Valencianas. Había destruido la totalidad de las aves,  abejas,  roedores, contaminando el aire, la tierra, el agua, el mar, provocando una escalada de  cáncer sin precedentes, y sometiendo a los trabajadores de la recolección a unas condiciones laborales de esclavitud. Esto era el resultado de haber plantado naranjos no para el consumo local, sino a nivel planetario, y para una elite de terratenientes que pensaron que solo Valencia tiene buen clima. Jamás llegaron a tener claro  que en Sudáfrica, o en Andalucía, se pudiera plantar también naranjos. Por eso los terratenientes Valencianos, estaban  preocupados porque otros países o regiones con clima similar esquilmaran tan bien el medio ambiente como ellos, explotaran a las comunidades de personas de forma tan eficaz  como ellos;  y esto ¡ Dios mío! ocurría en otros lugares como Sudáfrica , sin ser ellos los protagonistas de la miseria de los no propietarios de la tierra, como la habían sido de los  valencianos sin propiedad. Inaceptable. Se pasaban el micrófono para cerrar filas y proteger su apartheid naranjero apaleando a la política, a la que exigían que protegieran sus intereses de propietarios.
Aceptamos- les decían los políticos  progresistas asustados por el miedo antropológico y ancestral que ha dejado en la conciencia colectiva el criminal propietario de la tierra, y la mala prensa de no ayudar al fuerte. Inaceptable para los partidos incluso de izquierda, un suicidio electoral no estar con el propietario y con el cacique.
Convertidos en poetas los propietarios, hoy les tocaba hablar. Por primera vez se les escuchaba como lo hacen las comunidades indígenas, asesinadas por los propietarios.  Fijaban en su discurso  la creencia popular  de la belleza de un paisaje uniforme Valenciano, con millones y millones únicamente de naranjos fumigados desde la raíz hasta la copa, donde una hormiga no podía subir hasta una naranja sin morir, de lo contaminado que estaba el árbol.-
Invocaban a los más duros de condicionar de las masas que escuchaban a unas tradiciones inamovibles que teñían de color la vida de los Valencianos por los siglos de los siglos ,como el manto de la Virgen en primavera.
Así hablaba el presidente de la principal asociación de agricultores de Vall d´Uixó, un hombre muy preocupado por el sector que hablaba con el corazón en la mano, y una sinceridad poco usual lo que provocaba que tuviera que parar su discurso para que dejaran de aplaudir:
Pueblo de Vall d´Uixo ( aplausos) gesto de don Saturnino pidiendo calma, venimos los propietarios al Ayuntamiento a que se nos comprenda, porque  el Ayuntamiento es nuestro ( más aplausos, mirada de sonrojo de la alcaldesa) como propietarios que somos de la tierra, los árboles, los frutos, queremos que nos entiendan de una vez los sudafricanos, y no  se permita la entrada de naranja de Sudáfrica a Europa. ¿ qué es lo que hace el blanco en Sudáfrica que permite que se les escape del país hasta la naranja?
Viva don Saturnino, ( vítores y más aplausos de los asistentes)
Don Saturnino, pidiendo calma y prosiguió con su discurso:
Está tierra, la Valenciana, es insuperable para la naranja, no puede ser otra, eso debe quedar claro en África, América, Australia y Asia.
Nuestro clima es envidiable hasta  por los alemanes, que como sabemos no es gente de envidias, ni guerra, que viene con frecuencia a visitarnos y a felicitarnos.
Hay flores, tracas, alegría y horchata en cada esquina. A cada huerto llega una acequia milenaria de aguas lentas y somnolientas con el nombre de una  santa virgen que alegra nuestro carazones.
Voces de los abogados, los empresarios, los terratenientes:
Mejor no se puede revindicar Saturnino, eres el Mandela Español de la naranja.
Voces gozosas y exaltadas se llenaron de éxtasis:
Viva la Virgen de los desamparados que protege las flores y reina sobre nuestras mujeres.
Ohhhhhhhhhh
Don Saturnino, se puso vehemente:
Pero en Sudáfrica, lo que allí nace, ojo, ojito, al dato…que es de cuidado.
Es insano y está mal cuidado por el africano. De lo que allí se cría,  no  lo debiera comer cristiano. Dicen que los zulúes son peor que los moros, y nos están entrando por las fronteras con sus productos, que es una forma de conquistarnos, por eso los agricultores hemos venido al Ayuntamiento con nuestra alegría, y nuestros valientes corazones, a pedir, que digo pedir, no nos arrodillamos, a exigir coño, un cordón sanitario para los sudáfricanos y dar gracias a la Virgen por ser valenciano y no mendelianos.
Paz y bien,
Viva valencia y la terreta.
Che.
Aplausos, se hacieron invocaciones a la virgen y se dio hasta  turno de voz a los manifestantes:
Un abogado y propietario, Don Damian no pudo más y gritó:
Desde que los han liberado a los negros, nos llega la ruina, viva el látigo y las cadenas para los africanos.
Voz del mayor terrateniente y cacique del pueblo, y muy famosos no solo en Vall d´Uixó, sino en España, porque   en su juventud se hizo famoso por sus carreras en globo, llegando a ganar el gran premio Loeve,  en una carrera en Paris, así  también famoso  por su vida licenciosa y ociosa , donde solía salir en la prensa amarilla. Quiso hablar y habló:
Don Saturnino, usted está liberando a los demonios de los progresistas que han firmado los pacto pro globalización , nos trae la ruina económica y el caos social a la moral y las costumbres, al final seremos zulúes en vez de españoles.
Aplausos y Don Saturnino cerró su turno de palabra agradeciendo las palabras de este terrateniente:
Gracias Alfonsin Devolon, tus divinas palabras siempre son un bálsamos patriótico  para nuestra heridas dadas en nuestro costado por el ateismo, el socialismo, y el chavismo  que impera en nuestra sociedad, son medicina para los progresistas que hoy están con nosotros rectificando, cosa que debemos acoger con entusiasmo, como lo haríamos si consiguieran quitar la sanciones a Putin para que podamos exportar naranjas a Rusia, aunque no comportamos sus ideas demasiado rusas para nosotros. Ahora doy la palabra a la alcaldesa.
Don Saturnino dio la vez a la alcaldesa:
Puede usted hablar alcaldesa.
La alcaldesa, dio unos pasos insegura, acabo metida entre una muchedumbre de propietarios, como una preciosa que desentona entre la naftalina que se respira.
Entonces, empezó hablando de una forma confusa, nadie parecía entenderla. Es posible que estuviera   presa de sus contradicciones dialécticas. Pero  seguramente nació de los más profundo y hermoso de su ser.

El aire se conmueve,
 lleva la alcaldesa a Valencia en sus manos,
Todos la están velando, velando.
Cuando vengan los zulúes,
Nos encontrarán rezando
Cierra sus ojos, y ya nadie ve nada.
Huye- le gritan tendiéndole una mano,
 que no puede cruzar entre los torsos de hombres conservadores.
Tambores lejanos africanos
Se escuchan bajo los naranjos.
Un minuto de silencio recorre cada árbol.
Los ejército coloniales británicos han sido derrotados en Isanwana
Huye- le gritan tendiéndole una mano,
 que no puede cruzar entre los torsos de hombres conservadores.
Lleva la alcaldesa una naranja en su mano,
Todos la están velando, velando.
Cuando lleguen los zulúes
Nos encontraran rezando
Con una naranja en la mano.
Ningún apartheid frenara a los sudafricanos
Los ingleses ya me comentaron en su retirada por Elche,
Cayeron sobre ellos los zulúes como rinocerontes desbocados,
No pudieron conversar las posiciones.

La luna de los valencianos está llena de espanto al escuchar a los ingleses.
Y la Virgen se santigua  ataviada con su manto de flores.
Valencia está perdida sin sus huertos  naranjas,
sino pacta la paz con los de Sudáfrica,
Deben saberlo nuestros empresario
Huye- le gritan tendiéndole una mano,
 que no puede cruzar entre los torsos de hombres conservadores”

El  violento silencio llenó la plaza tras el turno de la alcaldesa, y los propietarios se fueron arrugados como un pergamino con el silencio entre los dientes, mirando extrañados a la alcaldesa.

EL organillero gitano que miraba en la esquina, curioso empezó su incansable pasodoble, las motos enceladas  de los muchachos enamorados sonaba ahogada por las calles, la policía abrió el tráfico, la gente fluía por las esquinas con la convicción de que el mundo era inabordable, y que habría que confiar en una humanidad unida, apoyados unos en otros, y quizás, solo la fuerza colectiva trabajando a favor del planeta y en contra del capital, pudiera  hacer algo más soportable este duro papel que nos ha tocado de vivir ,con una conciencia única entre el resto de seres vivos.
Angelillo de Uixó.
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