Relucen las mochilas sobre las espaldas,
Se cubren de polvo del sendero las botas,
Huyen de la ciudad buscando el árbol que no crece tras los
cristales.
Quieren conocer la alegría que crece en las montañas.
Hay una meta trazada previamente.
Subir un monte, cruzar un barranco…
Conquistar una emoción,
trazar una desconexión.
La luna asoma sobre el monte pelado de Vall d´Uixó.
Blancas casetas de cal
suspendidas en el
monte
meditan entre sendas
que se enroscan como
culebras.
No son tierras para el ocio Vall d´ Uixó.
Y las metas pasan huyendo,
Como los pájaros cuando escuchan un disparo.
Junto el almendro que
florece en un costado del camino,
Crece un reguero sucio de sangre,
El sendero es un
harapiento gusano
cubierto
de pelos de jabalí herido.
La luz se va apagando
Como el calor de la bestia herida
Acurrucada entre las casas de cal.
Y la meta revienta en un suspiro
“Otra vida ha sido
asesinada por la caza”
Vuelven a la ciudad sin la emoción prometida
Con un conflicto entre la vida y la muerte,
La caza y el ocio dentro de un reloj de arena que nadie
detiene.
Angelillo de Uixó.
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